Juan Miguel Calvo García
Blog para la clase de Filosofía y Ciudadanía de 1º y 2º de Bachillerato del IES Mare Nostrum
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jueves, 12 de mayo de 2016
Contexto histórico, cultural y filosófico Nietzsche
Contexto histórico-cultural
La vida de Nietzsche ocupa casi
exactamente la segunda mitad del s. XIX (1844-1900). Es el siglo en
que toman cuerpo las profundas transformaciones que se venían
preparando desde el origen de la Modernidad: proceso de
industrialización, revoluciones sociales incesantes, auge de los
nacionalismos, etc. (Véase a este propósito lo que se dijo acerca
del contexto histórico de Marx). Para entender bien a Nietzsche hay
que insistir en que durante la segunda mitad del s. XIX ya se
empiezan a percibir los límites del proyecto de la Ilustración. Lo
sueños de una sociedad fraternal, guiada por los ideales de libertad
e igualdad, y en constante progreso hacia mejor, se están
desvaneciendo: los conflictos no cesan, aunque cambia su forma: ahora
predomina la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado
industrial y las disputas nacionales o imperialistas. Alemania se
gesta en estos años como nación. El movimiento nacionalista cubre
todo el s. XIX, suscita la mayoría de las guerras y es uno de los
factores decisivos de cambio. La Revolución Francesa había
proclamado la soberanía nacional y el "principio de
nacionalidades", que se vio defraudado por el Congreso de Viena.
Sin embargo, es la época en que buena parte de las colonias
españolas en América obtienen su independencia; Italia (1861) y
Alemania (1871) se unifican como nación, etc. El imperialismo, por
otra parte, arroja como resultado la expansión colonialista de
Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos y Japón
(mientras desaparecen los imperios español y chino). Todos los
Estados imperialistas proclaman su "alta misión" en el
mundo "para edificar la obra civilizadora que Dios les propone"
(Guillermo II de Alemania).
Contexto filosófico
Desde el punto de vista
ideológico-político en el s. XIX se enfrentan varias tendencias
contrapuestas (liberalismo, tradicionalismo, socialismo, anarquismo,
nacionalismo,...); por otra parte, desde el punto de vista filosófico
proliferan diversos "-ismos" (idealismo, romanticismo,
positivismo, irracionalismo, marxismo, historicismo,...) que se
suceden unos a otros por reacción. Contra los ideales racionales de
la Ilustración, el romanticismo reivindica un nuevo concepto de
razón: la filosofía de Hegel la concibe como un Espíritu Absoluto
que dirige la marcha de la historia humana. El romanticismo va a
cuestionar la confianza que la Ilustración había puesto en la razón
y la ciencia. Los románticos exaltarán la naturaleza y el poder
infinito de la subjetividad, del yo. Frente al concepto exaltaban la
intuición y el sentimiento. Reivindicarán una libertad sin límites
para el genio creador que no debe someterse a los moldes sociales que
frenan su potencia creadora. Sienten una afinidad especial por lo
misterioso, lo oscuro, lo extraño y salvaje, frente a la claridad,
orden y transparencia a que aspiraba la Ilustración. Aunque
Nietzsche no es un autor romántico, se detecta en su obra influencia
del romanticismo.
Contra estas grandes teorías
totalizadoras, el positivismo intenta atenerse a los hechos concretos
inspirándose en las ciencias empíricas. Durante la segunda mitad
del siglo -época de Nietzsche- el positivismo (Comte) pretendía
presentarse como la única respuesta adecuada a los tiempos. Las
ciencias de la naturaleza (sobre todo la física) estaban pasando una
época de ingenua pedantería: muchos científicos creían que la
ciencia era capaz de explicar no sólo las leyes de la naturaleza,
sino también los misterios del ser humano. La ciencia es considerada
como saber absoluto y único modelo de conocimiento.
Cansados de tanta racionalidad,
aparecen corrientes irracionalistas que ponen de relieve las
dimensiones humanas que se escapan a la lógica abstracta de las
teorías puramente racionales.
El materialismo, que se nutre de la
explosiva situación social de la época, cuestiona profundamente el
papel mismo de la filosofía y promueve cambios sociales profundos.
Por otra parte, una serie de pensadores
muy distintos entre sí suelen agruparse en lo que se ha denominado
vitalismo. Todos ellos se oponen a los intentos del positivismo de
explicar el mundo a partir de la mera racionalidad científica y
ponen por delante la "vida". Bajo la denominación de
"vitalismo" suele comprenderse un conjunto de filósofos
cuya reflexión gira en torno al tema de de la vida, como F.
Nietzsche, W. Dilthey, J. Ortega y Gasset y H. Bergson.
Para concluir, decir que la de
Nietzsche es una filosofía en grado sumo polémica y crítica. Hasta
el punto de que sólo se la comprende adecuadamente si se sabe contra
quién arremete en cada caso. No en vano es considerada como una
crítica de toda la tradición platónico-cristiana occidental, es
decir, nuestra cultura. Por tanto, son muchos los "enemigos"
contra los que arremete: Parménides, Sócrates, Platón, Kant, el
cristianismo, el socialismo,...
viernes, 29 de abril de 2016
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